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Antiguo 06-abr-2012     #1
Predeterminado La religión: El invento político más perverso de la humanidad



La única historia que tenemos del Creador es que nadie lo ha visto. Pero sobran religiones y vividores que venden un dios inventado. Y lo mejor para evitar que nos vendan un dios falso es inventándonos un dios propio.


Los jefes fundadores de la Iglesia, así como los del Islam, para robar riquezas y esclavizar pueblos obligaron a la gente a creer las farsas religiosas que ellos proclamaban haber recibido de Dios y así lograron someter de conciencia a gran parte de la humanidad. Los historiadores nos dejaron escrito un enorme historial de delitos y perversidades que cometieron y usaron los inventores y los monarcas de esos imperios religiosos, pero esas historias no las enseñan en los colegios ni en las universidades. En esta parte del mundo, por presiones elitistas, lo único de religión que se le enseña a la gente y se publica como cosa cierta, es la Biblia y la historia de farsas religiosas inventadas por la Iglesia; y en el Mundo Musulmán, las farsas de Mahoma y el Corán.


Jamás he dudado de que el universo tenga Creador. Me parece imposible que la infinidad de cosas que hay en el universo se hayan hecho ellas mismas y funcionen sin que nada las dirija. Pero nunca he sido una 'oveja' creyente, pues desde niño sospechaba que fuera calumnia lo que predicaban los curas acerca de que Dios había tenido un hijo con una mujer. Y lo que menos me calaba en la cabeza era el predicado cristiano de que María, por una gracia divina que supuestamente le llegó sin estarla buscando ni merecerla, hubiera podido convertirse en madre de un ser divino tan dios como el Creador. Esa duda me hizo leer y estudiar la historia de la Iglesia y la biografía de todos los papas y antipapas que han existido, y para ahondar más en el conocimiento del asunto religioso también leí y analicé la historia de la religión judía, así como la biografía de Mahoma y las de los califas sucesores del profeta que inventaron el Corán y establecieron la fe musulmana. Comprando libros, la mayoría de ellos de contrabando, en esa investigación gasté buena parte de lo que gané en otras labores, en los más de 30 años que duré en ese 'trabajito', y lo que descubrí me dejó indignado.


Durante toda mi vida he estado buscando registros históricos acerca del Creador y el resultado que he hallado es que, si nos atenemos a los escritos de los historiadores, la humanidad hasta el presente no ha logrado saber absolutamente nada de Dios. Ningún historiador ha registrado encuentro alguno de un ser humano con el Creador. En este mundo no existe historia de Dios. Creo que el resumen histórico más exacto que puedo dar de mi investigación es que las religiones fueron inventadas por gente perversa, con fines políticos y para justificar asesinatos, generar ignorancia para crear odios y fanatismos religiosos, y para someter y esclavizar pueblos, saquear riquezas y cobrar cuotas de venta de divinidades falsas y de glorias que no hay pruebas de que existan.
Analizando los registros históricos podemos deducir que, desde tiempos remotos, la fe religiosa ha sido utilizada de sofisma, y que obtener riquezas y poderes fue el verdadero propósito de los inventores de la Iglesia, del Islam y de casi todas las entidades religiosas que existen. Y, aunque algunas entidades religiosas tienen escritos que su autoría se la atribuyen a Dios o los predican como de inspiración divina, el hecho es que no existe prueba histórica de las divinidades que predica la gente, ni mucho menos que alguna persona o entidad haya logrado saber algo acerca de Dios. Así pues, es de suponer que las llamadas Escrituras Sagradas no surgieron de Dios ni por inspiración divina sino de mitos y de un plan político perverso de las antiguas monarquías.


Los jefes del cristianismo romano siempre estuvieron en contra de la enseñanza de ciencias a la gente común. A la Iglesia Romana, por razones económicas y políticas le convenía que las comunidades fueran ignorantes y estúpidas; eso les facilitaba las estafas y la aplicación de sus gobiernos con leyes injustas. Con ese fin, desde las épocas en que el cristianismo fue sometiendo territorios en el mundo, los habitantes sometidos fueron obligados a oír y a creer sólo las supuestas divinidades que decían y se atribuían los dirigentes de ese imperio perverso. La gente dominada, bajo pena de muerte, tenía que creer a ciegas las farsas religiosas que predicaban los funcionarios eclesiásticos y nadie que estuviera en 'territorio cristiano' podía leer ni escribir cosa alguna sin tener permiso del Santo Oficio de la Iglesia. Además, todos los 'fieles', sin importar que fueran pobres o ricos, estaban obligados a pagarle a la 'Santa Iglesia', Los Diezmos y Primicias, o sea el 10% de todo lo que se ganaran y el primer producto de todo lo que hicieran o cosecharan.


Por fortuna, en el territorio de influencia cristiana ya nos quitamos la obligación de pagar ese 'impuesto del alma', y, sin permiso de la Iglesia, podemos acceder a cualquier cultura. Sin embargo, esa libertad no está totalmente completa; en toda el área de antiguo dominio eclesiástico la Iglesia sigue siendo dueña y guía espiritual de la mayoría de los centros educativos y, tanto en las ciudades como en el campo, todavía hay decenas de millones de personas sometidas de conciencia por la Iglesia, a las que el Vaticano denomina como 'ovejas de cristo' y las ordeña económicamente como vacas lecheras. Y, debido a que la Iglesia prohibía la divulgación de sus delitos y asesinaba como 'herejes' a quienes trataran de publicarlos, todavía hay mucha gente que, sin pensar que eso pueda ser una farsa, cree que el Creador tuvo un hijo con una mujer y que ese hijo 'humano divino' es tan dios como el mismísimo Creador.


Si la gente creyente pensara y analizara sí existe o no la posibilidad de que Dios haya tenido un hijo con una mujer, es seguro que más que fe el dios de la monarquía romana causaría risa, pero, por el sometimiento de conciencia, la religión es una tradición que se hereda y casi ningún 'heredero' se preocupa en investigarla. El hecho es que, según los registros históricos, la fe en la religión cristiana es la creencia en una farsa religiosa romana enquistada en la antigüedad por varias monarquías eclesiásticas mediante todo tipo de chantajes y con un cruel sometimiento de conciencia. Y, por ignorancia o por ingenuidad de la gente, luego de liberarnos de esa obligación eclesiástica, la farsa ha seguido siendo heredada o aceptada por las generaciones siguientes y le sigue dando dividendos a la Iglesia.


Los registros históricos dicen que, en poco tiempo, la endiosada de Jesús se convirtió en el mejor negocio para la oligarquía romana. Pero no fue fácil que todos aceptaran la existencia de un hijo natural de Dios con una mujer y, para lograrlo, los romanos tuvieron que asesinar o acallar mucha gente, pues todo apunta a que el cristianismo nació como una filosofía religiosa y que los evangelios eran frases sabias, con contenidos y objetivos muy distintos a los de los evangelios que editó y estableció la Iglesia Romana, o sea los del Nuevo Testamento. La mejor información en ese sentido nos las da Orígenes (vivió del año 185 al 254), un religioso tan puritano que, para que su espíritu controlara su cuerpo, él mismo se cortó su órgano sexual y se volvió eunuco. Además de conocedor de su religión, Orígenes fue un gran escritor acerca de la fe y la filosofía cristiana, pero sus escritos no favorecían al entonces nuevo modo de cristianismo que estaba imponiendo la monarquía romana y, seguramente por eso, casi toda su obra fue quemada o destruida. Sin embargo, se salvaron algunas páginas, entre estas una en la que aseguraba que conocía más de 20 versiones distintas de los evangelios, y donde se queja explicando que en la traducción romana de los evangelios daban como hechos reales cosas que no podían serlo y aún pudiendo ser ciertas no lo eran. En fin, si nos atenemos a los escritos de Orígenes, podemos concluir que en su época todavía el cristianismo de Oriente, o sea el de los que seguían el modo religioso original de Jesús, era una filosofía religiosa que no predicaba que su fundador hubiese hecho milagros ni mucho menos que Él hubiera sido hijo natural de Dios.


Con la endiosada de Jesús, la monarquía romana convirtió la religión cristiana en el mejor negocio del mundo, y es obvio que a todo negocio bueno le surge competencia. Si analizamos el resultado histórico de lo que ocurrió en ese tiempo, es lógico concluir que el invento de la religión musulmana fue basado en el éxito económico y político que había obtenido la religión cristiana, que primero fue impuesta en el Imperio Romano, y luego, rápidamente, en casi toda Europa, incluida Turquía. Entonces, más conocida como El Islam, la religión musulmana nació como competencia del cristianismo y surgió en Arabia, que en ese tiempo no era un Estado sino una región asiática pobre, poblada por numerosas tribus beduinas, independientes entre sí, y que, en esa época, por ser un territorio desierto, no le interesaba a ninguno de los Estados poderosos de Europa.


Mahoma, el inventor de la fe musulmana, según los registros históricos, primero fue carabanero mercante del desierto, luego se casó con su patrona, una viuda rica, y con la sabiduría y el dinero de ella inventó y patrocinó el despegue de su recién creada fe religiosa. En esta empresa religiosa, además de con su esposa, el profeta se asoció con un tío suyo que era un poderoso jefe de tribus guerreras. Se cree que a ambos los asesinó varios años después para quedarse él solo con el creciente producto de la religión islámica.


Los registros históricos nos dicen cosas muy distintas a lo que creen y aseguran los musulmanes acerca del profeta Mahoma. Mientras los musulmanes creen que su profeta fue casi divino y sabio, los registros históricos lo demuestran como un sujeto full delitos, pederasta y mujeriego. Mahoma, según los registros históricos, en poco tiempo organizó una enorme banda de guerreros y apoyado en su fe religiosa cometió todos los delitos humanamente posibles, saqueó todos los pueblos que pudo someter y esclavizó a sus pobladores. No fundó un Estado musulmán, en vez de eso estableció un cobro de impuestos religiosos en todo el territorio que logró conquistar. A él y a su plana mayor de guerreros lo único que les importaba era saquear poblaciones, esclavizar gente y cobrar impuestos por la enseñanza de su fe musulmana, que en todos sus dominios la impuso como obligatoria.


Cuando murió Mahoma, los líderes guerreros del profeta no pudieron ponerse de acuerdo para elegir a su sucesor; por asuntos económicos y políticos pelearon entre sí, y desde entonces los jefes del Islam empezaron una guerra entre musulmanes que ha continuado hasta la actualidad y que les ha costado la vida a varios millones de creyentes de esa religión. La mayoría de esas muertes ha sido atizada por políticos perversos musulmanes y realizadas entre fanáticos religiosos de esa fe; sometidos de conciencia, ignorantes o ingenuos, a quienes sus líderes políticos y religiosos les han hecho creer que obtendrán la gloria de Dios si matan a quienes no compartan sus ideas políticas y religiosas.

La Iglesia y toda la farsa del cristianismo que conocemos ahora la inventó la antigua monarquía romana, pero es de aclarar que el cristianismo como tal no es un invento romano; su origen es judío y nació en algún lugar del actual Israel. La antigua monarquía romana, a la vez que saqueó las escrituras sagradas judías y reformó y editó a su conveniencia los evangelios, les robó el modo religioso a los filósofos cristianos, lo amoldó a sus conveniencias, decretó a Roma como Santa Sede y, para ordeñar con los Diezmos a los pueblos que iba sometiendo, estableció el cristianismo como regla obligatoria de la humanidad.

El proyecto de apoderarse la monarquía romana del cristianismo, así como el saqueo de la Iglesia Romana a las escrituras sagradas judías, fue un proceso político del que no hay fecha exacta de inicio. En la práctica, el emperador Constantino I el grande, hacia el año 324, fue el primer monarca romano que se hizo dueño absoluto del cristianismo. Y, en la Meca y Medina, en Asia, a principios del siglo VII de nuestra era, con los mismos propósitos de la monarquía romana, Mahoma y sus secuaces inventaron y establecieron la fe musulmana.
Los califas musulmanes, poco después de la muerte del profeta, a la farsa religiosa que predicaba Mahoma le agregaron retazos de la Torá judía y de la Bulgata cristiana (la actual Biblia) y con ese contenido religioso armaron el Corán y, para idiotizar y someter pueblos ingenuos, lo establecieron en sus dominios como lectura, y sus reglas obligatorias. O sea que, así como los monarcas romanos habían saqueado las escrituras sagradas judías para impulsar sus propósitos esclavistas, los jefes musulmanes saquearon o plagiaron tanto las escrituras sagradas judías como las cristianas para armar el Corán y, con su enseñanza, someter de conciencia a la gente y lograr un empeño similar al de los monarcas romanos.


Si nos atenemos a los registros históricos, el resultado es que casi todos los pontífices de la Iglesia, así como Mahoma y los califas que lo sucedieron, fueron gente ambiciosa de riquezas y poderes, que ni eran religiosos ni les importaba la fe que predicaban. La información histórica nos dice que los papas y los califas han hecho matar más gente que la que murió en las dos guerras mundiales y que éstos, para disuadir a sus opositores, en sus asesinatos utilizaron métodos mucho más crueles que los que usaron los nazis en los campos de exterminio de judíos. El resumen es que la inmensa mayoría, tanto de los papas como de los califas, fueron un rosario de bandidos que con sus ejércitos se tomaron todo el territorio que pudieron dominar y, en las áreas que ocuparon, la población que no asesinaron la sometieron o la esclavizaron y, por las buenas o por las malas, los pobladores vencidos tuvieron que creer en las farsas religiosas de ellos y pagarles lo que debió llamarse 'Impuesto del Alma'. Pero, aunque los archivos históricos dicen que así ocurrieron las cosas, esa no es la historia que enseñan en los colegios o universidades; la Iglesia y el Islam siguen controlando el modo de educación en las partes del mundo que colonizaron y no permiten que la gente sepa la verdad histórica de sus farsas religiosas ni de las perversidades con que las soportan.


Debido al enorme rosario de perversidades que hallé en los hechos históricos explicados, que, repito, son una versión muy distinta a la historia religiosa que enseñan en los colegios, surgió el motivo que me indujo a escribir y regalarle a la humanidad el libro CRÓNICA DE FARSAS Y ABSURDOS HISTÓRICOS. El regalo está hecho. De mi parte, desde que lo regalé, sin ningún requisito cualquier persona o medio de información puede publicarlo, ya sea virtual o en papel, o anexarlo a su página o blog personal para que desde allí pueda ser bajado en forma gratuita. Y también lo pueden traducir a otros idiomas, la única exigencia es que el contenido, traducido, sea literalmente igual a la versión que yo regalé.


Debo añadir que el libro lo regalé con actitud positiva, y que por ningún motivo quiero que cause odios o venganzas. La intención es que, por medio de esta obra, la gente sepa que ha sido astutamente sometida de conciencia y que la fe y el fanatismo religioso son utilizados por personas oportunistas y perversas, para que les generen a ellos beneficios económicos y políticos. Y que, ojala, con las informaciones dadas por esta obra se eviten muertes, odios y terrorismo por fanatismo religioso, así como la explotación económica de creyentes ingenuos. Además, vale aclarar que CRÓNICA DE FARSAS Y ABSURDOS HISTÓRICOS, no va en contra de la fe en Dios ni niega la existencia del Creador. Y, debido a que nada se sabe acerca de Dios, la idea es que la gente entienda que la única manera de evitar que nos vendan un dios falso es inventándonos cada uno un dios propio. Quizá sirva decir que, para mí, Dios es algo así como el software del universo.


La Iglesia es un Imperio Económico disfrazado de Entidad Religiosa sin ánimo de lucro


La Iglesia siempre ha sido un negocio de divinidades falsas y no la entidad religiosa que finge y asegura ser. Por muchos siglos, el sometimiento de conciencia fue su mejor aliado para estafar creyentes, pero las rentas de ese engaño están cayendo en picada porque, por la evolución cultural, a la gente que posee un coeficiente intelectual promedio no le es fácil admitir como cosa cierta, ni siquiera como algo posible, el predicado de la Iglesia que asegura que Dios tuvo un hijo con una mujer. Y, con las tragedias que han ocurrido y que ocurren a diario, aún es más difícil entender o admitir que el supuesto dios Jesucristo haya salvado a la humanidad o nos esté salvando de algo.


Siendo así las cosas, es obvio que el papa o cualquier persona culta y con capacidad de razonar, además de carecer de vergüenza, calumnian al Creador si predican como cosa cierta la existencia de un 'Salvador' hijo natural de Dios con una mujer. Y mienten si dicen que Jesús nos ha salvado o nos está salvando de los males. Además, es contradictorio asegurar que el Todopoderoso nos hizo a semejanza suya, pero que, no obstante a su infinita bondad y sabiduría, nos hizo débiles, imperfectos y con la obligación de ayudarle a combatir al Demonio. Ya expliqué que en los registros históricos no hay nada acerca de Dios, y la realidad que observamos en el universo es que el Creador no es ni bueno ni malo sino un gran Evolucionador universal.


Pero, debido a la evolución cultural y a las comunicaciones modernas, de ahora en adelante a la Iglesia le va a quedar difícil convencer a las generaciones nuevas de que Dios tuvo un hijo con una mujer y que su endiosado Jesucristo es tan dios como el mismísimo Creador. En el común de la gente, que fue el sector humano que le dio el poderío a la Iglesia, el Vaticano está mucho más desprestigiado de lo que admiten los monarcas del cristianismo. Sin embargo. lo desprestigiado es el negocio que hace el Vaticano con "La Fábula de Jesucristo". A la muy sabia filosofía de Jesús es poco el daño que le ha podido hacer la perversa oligarquía romana; sus enseñanzas de comportamiento humano siguen vigentes y, a estas alturas de desprestigio eclesiástico, lo más razonable y conveniente es que la Iglesia reconozca su autoría de la endiosada de Jesús y, así como se lo robó, les devuelva su modo religioso a los verdaderos filósofos cristianos. Así Jesús dejaría de ser un utilitario farsante de la Iglesia y, de nuevo, sería reconocido como un gran filósofo religioso, y se le daría fin a la calumnia eclesiástica de la existencia de un hijo del Creador con una mujer.

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