Contienen las vitaminas necesarias para el buen mantenimiento de la piel. Las hojas de laurel son muy usadas en la cocina desde tiempos remotos. Se ubica dentro de la familia de las lauráceas.
Se trata de un árbol de gran tamaño, que crece hasta los 9 metros de altura. Las hojas son gruesas y de forma elíptica, muy brillantes y de color verde oscuro.
Su aroma es agradable, por lo que es un gran aliado para las recetas de cocina.
Contiene muchos derivados compuestos, como minerales y vitaminas, que son esenciales para una salud óptima.
Tiene componentes activos volátiles, tales como a-pineno, beta-pineno, mirceno, limoneno, linalool, chavicol de metilo, neral, acetato de geranilo, eugenol, y chavicol, que contienen propiedades antisépticas, anti -oxidantes y digestivas.
Vitaminas A y C
Las hojas frescas son una muy rica fuente de vitamina C que ayuda a eliminar los radicales libres del cuerpo y también tiene un estimulante inmunológico para la rápida cicatrización de heridas.
El laurel contiene ácido fólico. Los folatos son importantes en la síntesis de ADN y al momento de administrarse durante el período de concepción, ya que contribuyen a prevenir daños del tubo neural en el bebé.
Asimismo, posee una excelente fuente de vitamina A; un antioxidante natural y esencial para la visión. También se requiere de esta vitamina para el buen mantenimiento de la piel.
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