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Antiguo 05-oct-2010     #1
Caluroso Especial Monitores - Todo lo que hay que saber

Holas Amig@s Intercambios@s.

En esta ocasión les traigo un Especial Monitores que he encontrado por esas webs de Dios que hay por la red, me ha parecido francamente bueno y creo que merece la pena darle un vistazo.


Lo tenemos delante de nuestras narices mientras jugamos, trabajamos o navegamos. Casi siempre está encendido y es responsable de buena parte de nuestra salud ocular. El monitor o pantalla del ordenador es un periférico crítico del PC en el que el tamaño no es lo único que importa.

Cualquier momento es bueno para cambiar de pantalla, pero el otoño, con la vuelta al trabajo o al estudio, es una época especialmente propicia. Vamos a hacer un repaso sobre cuáles son las principales tecnologías que hay que tener en cuenta a la hora de comprar una nueva pantalla para nuestro equipo.


Especial Monitores
  • Las pantallas y su tecnología
  • Lo que hay que tener en cuenta
Las pantallas y su tecnología

Los tipos de panel y su evolución

Antes de empezar a meternos en harina, es inevitable hacer un pequeño repaso a los tipos de panel TFT-LCD, que es la tecnología más extendida en el mercado y sobre la que vamos a centrarnos en este especial. El tipo de panel es un dato muy técnico que los usuarios difícilmente podrán ver escrito en la lista de especificaciones comercial de un monitor, pero dan una idea de la generación tecnológica la que pertenece el dispositivo.

Los primeros LCD empleaban un tipo de panel denominado TN o TN+Film. Son paneles muy populares ya que su fabricación en masa es sencilla y barata. En el lado negativo, su reproducción del color y su ángulo de visión son más pobres. Pese a todo, son los más extendidos.


A los TN les han sucedido los paneles IPS. Diseñados para solucionar los problemas de ángulo de visión de los TN, los paneles IPS han sufrido mejoras progresivas que les han ido añadiendo siglas mientras mejoraban su contraste y ratios de refresco. A día de hoy pueden verse en modelos de marcas como Apple (iMac), Philips, LG o NEC.

Finalmente, encontramos los paneles tipo MVA, desarrollados por Fujitsu como punto intermedio entre los TN y los IPS, los MVA ofrecen buen ángulo de visión y profundidad de negro y color a cambio de un tiempo de respuesta más lento. Samsung desarrolló su propia versión de esta tecnología, llamada PVA, dotados de una gran capacidad de contraste.

Tipos de Monitor según su tecnología

Asumida la muerte comercial de la tecnología CRT y sus pantallas de tubo, la mayor parte del mercado actual está copada por la tecnología LCD (Liquid Cristal display), en concreto su variante TFT-LC (Thin Film Transistor) que incorpora transistores a la película de píxeles de cristal líquido para mejorar la imagen.


Dentro de los LCD, hay que distinguir entre los LCD convencionales y los LCD iluminados mediante LED o LCD-LED, cuyas diferencias veremos a continuación. Por ahora basta saber que, en líneas generales, los LCD-LED ofrecen mejor calidad de imagen, consumen menos, son más planos y también más caros que los LCD convencionales.

El LCD convive con el Plasma, una tecnología en la que, en vez de cristal líquido, se utilizan gases nobles para generar los puntos de color. El plasma ofrece mejor contraste y ángulo de visión que el LCD, pero su vida útil es más corta y es una tecnología más usada en televisores de gran formato, por lo que no vamos a contemplarla en esta guía.

Seguimos con los monitores OLED, que utilizan diodos de luz de materiales orgánicos. La gran ventaja de los OLED es que no necesitan iluminación adicional ya que cada píxel emite su propia luz. Esto permite hacer pantallas de tan sólo unos milímetros de grosor, con un consumo ultra-bajo, e incluso flexibles. La mala noticia es que sus componentes se degeneran con más rapidez. El OLED está llamado a sustituir al LCD, pero aún necesita tiempo de desarrollo antes de que se popularice. Además, sus precios son prohibitivos.

A título anecdótico, debemos mencionar los monitores SED, una curiosa tecnología impulsada por Toshiba en la que cada píxel es, en realidad, un micro tubo de rayos catódicos como el de los antiguos CRT. Los SED ofrecen mejor contraste y ángulo de visión, y son más sencillos de fabricar. Con todo, las mejoras en los LCD-LED prácticamente han abortado esta tecnología antes de nacer.

Igualmente, la tecnología de tinta electrónica, usada en eReaders y otros dispositivos móviles no parece dispuesta a abordar, por el momento, el mercado de los monitores.

A vueltas con los LED

La mayor parte de los monitores actuales son LED o LCD-LED. Este término se refiere a los monitores LCD cuya iluminación se realiza mediante diodos LED de alta luminiscencia. Los primeros LCD se iluminaban mediante pequeñas lámparas fluorescentes de cátodo frío o CCFL. El mayor problema de este sistema es que siempre estaba encendido, por lo que los colores negros nunca eran del todo negros.


En cambio, los LED pueden encenderse y apagarse por grupos, por lo que, en líneas generales, mejoran el contraste de la imagen y consumen mucha menos energía que sus antepasados de tubo fluorescente.

Para complicar más la compra. No todos los monitores LED son iguales. Existen diferentes tipos de LED en función de cómo se organizan y funcionan estas pequeñas lámparas. El primero es el LED perimetral o Edge LED, en el que las luces están dispuestas en los bordes de la pantalla.

Este tipo de LED permite reducir aún más el consumo y diseñar pantallas extremádamente delgadas. En el lado negativo, la iluminación perimetral no es muy uniforme. No tanto, al menos, como las que vienen a continuación. Los monitores LED perimetrales son los más sencillos de los que incorporan esta tecnología.

El segundo tipo de LED lo forman los Full Array, también llamados Full LED o pantallas con retroiluminación LED completa. En ellas, las lámparas cubren de forma uniforme toda la parte trasera de la pantalla. Aquí la calidad la determina el número total de LEDs y las posibles tecnologías de difusión de la iluminación de cada marca, como la tecnología Nano Full LED de LG.

Iluminación local y coloreada

Estos dos grandes epígrafes (Edge LED y Full LED) pueden sufrir mejoras gracias a otras dos tecnologías. La primera es el Local Dimming. Consiste en que las lámparas están distribuidas por zonas. Cada zona puede ajustarse con distinta luminosidad de forma dinámica, lo que mejora aún más el contraste y la calidad de los negros. La mayor parte de los modelos Full LED incorporan Local Dimming. También hay modelos Edge LED de LG y Sony que incorporan iluminación por zonas, aunque sus resultados son dispares según cada modelo.


Hay algunas marcas com Sony que han incorporado LEDs coloreados en verde, rojo y azul en vez de blancos. Este invento permite mejorar aún más la intensidad de los colores y los negros aunque, de momento, es poco común.

Lo que hay que tener en cuenta


Tras ver los distintos niveles de tecnología implicados en la fabricación de monitores, toca indagar en el grueso de especificaciones que caracterizan a cada modelo.

La compra de un monitor ya no es tan sencilla como elegir un tamaño y un diseño que nos gusten. Hay que estar atento a conceptos como la resolución, el ratio de contraste o la velocidad de respuesta. Estos son, a grandes rasgos, los principales conceptos que hay que tener en cuenta.

Tamaño, aspecto y alta definición

El dato que más evidentemente salta a la vista a la hora de chequear un nuevo monitor es su tamaño. Las pulgadas miden la diagonal del monitor y es una cuestión de presupuesto y de gustos. A día de hoy, la media de monitores se sitúa entre las 17 y las 24 pulgadas. Más allá de esta cifra los precios suben más de lo financieramente recomendable.


El tamaño está íntimamente relacionado con las proporciones de altura y anchura de la pantalla, concepto conocido como relación de aspecto o ratio de aspecto. En la actualidad, el formato más habitual es el panorámico 16:9, que ha desplazado al tradicional 4:3 de los televisores antiguos.


La razón de esta preferencia por el formato panorámico 16:9 es que es el estándar propio de los DVD y la televisión en alta definición. La importancia del aspecto es que, cuanto más se acerque al del cine (21:9), menos bandas negras tendremos en la pantalla a la hora de ver películas. En general los más recomendable es un ratio de 16:9 o 16:10.

El tercer concepto asociado al tamaño es la resolución o definición, en otras palabras, el número de puntos o píxeles que el monitor tiene de ancho y de alto. Salvo algunos modelos de menor tamaño, la mayor parte de monitores ya presumen de resolución 1920 × 1080 píxeles. A esta característica se le denomina Alta definición 1080p o Full HD. Es equivalente a la resolución de un Blu-Ray y es también la máxima actual en vídeo doméstico, por eso marca un estándar. Existen pantallas con mayor resolución, pero son tan caras como poco comunes.

La letra p de 1080p viene de ‘Progressive Scan’. Esto significa que cada fotograma está formado por todas las líneas o píxeles simultáneamente y se contrapone al concepto 1080i. La televisión en alta definición, por ejemplo, emite en 1080i o 1080 entrelazado. En esta resolución, cada fotograma es mostrado por sólo la mitad de líneas de la pantalla y, por tanto, se supone que su calidad es un poco peor.

Tamaño del punto y resolución nativa

La alta definición 1080p es la resolución más extendida en el mercado a día de hoy, independientemente de la diagonal de la pantalla. En consecuencia, lo importante en este caso es no excedernos con el tamaño. A igualdad de píxeles, el espacio que separa a cada punto de la trama en una pantalla pequeña será más estrecho, lógicamente, que en una pantalla descomunal.

Esta distancia que separa a dos puntos del mismo color es el concepto concepto conocido como Dot Pitch o tamaño de punto y da una idea de la nitidez con que se muestran las imágenes. En realidad, cada marca y tecnología mide el tamaño de punto un poco a su aire (en diagonal, como media del espacio de ancho y alto…). Lo normal es que sea inferior a 0,28 milímetros. Cuanto más pequeña sea esta cifra, más nítida y suave se verá la imagen.


Otro elemento a tener en cuenta es la resolución nativa. Cada monitor está diseñado para mostrar, preferentemente, una resolución concreta. Para mostrar otras resoluciónes, el monitor debe realizar una operación llamada reescalado. Hay monitores que reescalan mejor que otros pero, en general, la calidad de la resolución reescalada es bastante peor, especialmente en textos. El ideal aquí es hacernos con un monitor cuya resolución nativa sea la máxima posible y compatible con lo que nuestra tarjeta gráfica sea capaz de ofrecer.

Luminosidad, contraste y color, algo más que blanco y negro

Tras los aspectos relacionados con el tamaño, pasamos a los factores que miden la calidad de la imagen que son, en esencia, lo luminosa que sea la pantalla y su capacidad para mostrar blancos, negros y colores intermedios. La luminosidad de un monitor se mide en candelas por metro cuadrado (Cdm2). Lo normal es que este índice ronde los 250 o 300 Cdm2.

Más importante que la luminosidad es el ratio de contraste o diferencia entre el blanco más blanco y el negro más negro. Aquí entran en juego dos variantes, el contraste real y el contraste dinámico. El primero mide la diferencia entre un píxel negro y otro blanco en un único instante, y sus cifras suelen ser bajas (800:1, 1000:1, 1600:1…). Hay que fijarse en esta cifra si vamos a usar nuestro monitor para imágenes estáticas como diseño gráfico o retoque fotográfico. Cuanto mayor sea, máyor será el consumo y mejor el contraste.

Por su parte, el contraste dinámico es una medida de conveniencia de los fabricantes que mide lo que varía un pixel de negro a blanco (o entre grises) en un período de tiempo. Esta cifra no depende de la tecnología física del monitor, como el contraste real, sino de algoritmos de software. Su cifra suele ser mucho más elevada que el real (20000:1, 50000:1, 100.000:1 o incluso superiores). La relación de contraste dinámico es una medida bastante relativa, pero puede ser útil para medir lo bueno que puede ser el contraste en imágenes en movimiento.


Más allá del blanco y el negro, el dato relevante es la profundidad de color. Para no extendernos en explicaciones técnicas, este índice mide la capacidad del monitor para mostrar distintos colores. Se suele medir en mútiplos de ocho. 8 bits de color equivalen a 256 colores y es algo que ya no tienen ni las pantallas de móvil.

Los 16 bits de color se suelen llamar color de alta definición y equivalen a algo más de 65.000 colores. La mayor parte de monitores destinados al consumo exhiben una profundidad de color de 24 bits, que equivalen a algo más de 16 millones de colores. A partir de aquí el ojo humano es casi incapaz de apreciar diferencias entre una tonalidad y otra, así que no hay por qué preocuparse.

El color no es un índice a tener especialmente en cuenta salvo que queramos el monitor para uso profesional en entornos gráficos. En este último caso, la compatibilidad con perfiles de color de distintos formatos como los Adobe o Pantone y una buena calibración del equipo hecha por un profesional con un calibrador electrónico son factores fundamentales.

Tiempo de respuesta y 3D

Llegamos ya a las últimas consideraciones, que empiezan por el tiempo de respuesta del monitor. Este indicador, medido en milisegundos, se refiere al tiempo que tarda un píxel en cambiar de color. Su agilidad, en este sentido, afecta a la nitidez con la que el monitor es capaz de mostrar imágenes en movimiento sin halos o bordes borrosos. Los monitores para cine o videojuegos suelen exhibir tiempos de respuesta de 5 milisegundos o incluso menos.

También relacionado, en cierto modo, con la velocidad está la tasa de refresco de pantalla. Este valor, que se mide en hertzios, marca el número de veces que se actualiza la imagen de la pantalla cada segundo. Hay un truco curioso para apreciar este concepto, y es mirar la pantalla del monitor a través de una cámara de vídeo como la de un móvil. Cuanto más rápido es el parpadeo, más alta es la tasa de refresco. En los mejores monitores prácticamente ni se aprecia.


Hasta ahora, el refresco de pantalla se limitaba a 60 o 75 hertzios, pero la llegada del 3D ha elevado la cifra a más del doble. La razón es que, para mostrar contenidos 3D correctamente, un monitor debe enviar el doble de imágenes, la mitad a cada ojo. En general, los monitores con frecuencias superiores a los 120 Hz son perfectamente compatibles con el 3D y, además, no provocan tanto estrés ocular.

La importancia de los detalles

Pocas consideraciones quedan ya a la hora de comprar un monitor que nos satisfaga. Una de ellas es la conectividad. Es bueno que el monitor sea versátil y cuente con las conexiones más populares, incluso aunque sólo creamos que vamos a usar una. La más utilizada hoy en día es HDMI, pero no hay que descartar DVI, VGA, y vídeo compuesto o por componentes.

Otros factores importantes son el consumo de energía o la ergonomía, sobre todo si vamos a utilizar el equipo durante muchas horas. Hay un factor que se tiene en cuenta poco y, sin embargo es crucial si vamos a trabajar en ambientes iluminados. Se trata de elegir entre una pantalla de acabado brillante o mate. Las pantallas con acabado mate son así porque llevan una capa de tratamiento antirreflejos.


El supuesto problema de esta capa es que hace que los colores se muestren más apagados. Las pantallas brillantes, por contra, muestran colores más vivos. Desgraciadamente, también reflejan hasta la más mínima fuente de luz. Si vas a usar el monitor en una habitación en penumbra o con fuentes de luz muy controlodas merece la pena que el acabado sea brillante. Para todo lo demás (el 99% de los casos) las mate cabrean bastante menos.

Hay monitores que integran sintonizador de TDT entre sus méritos. Esta prestación ya es una cuestión de gustos o necesidades muy específicas como lo pueden ser unos altavoces integrados. Lo importante es no confundir un monitor con sintonizador de TV, con un televisor con conexiones compatibles con un PC. Salvo honrosas excepciones, los televisores nunca hacen buenos monitores de ordenador.


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Última edición por Eloy58; 16-may-2013 a las 06:30 Razón: reponer imágenes
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