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Aquí te dejo baduser un poco más de información. Estoy preparando la biografía para ponerla en el Foro de Biografías.

Ángel Nieto, pionero del deporte español, leyenda del motociclismo mundial

12+1 títulos mundiales consiguió el piloto a lo largo de su trayectoria

Fue 23 veces campeón de España y un revolucionario del motociclismo

Resulta irónico que Ángel Nieto haya sido víctima mortal de un lúdico quad en medio de unas vacaciones, después de haber corrido tantos peligros en las pistas de competición. Pero también coherente. Después de todo, el quad no deja de ser un vehículo emparentado de alguna manera con las motos. Nieto no ha fallecido en escena. Pero casi. Un indirecto homenaje de la muerte hacia quien, ya septuagenario, tantas veces la sorteó en su juventud.

El pasado miércoles 26, a las 10.30 horas, en la carretera de Santa Gertrudis, en Ibiza, el quad de Nieto fue embestido por detrás por un automóvil cuya conductora no se apercibió de que el ex piloto había aminorado la marcha. En la violencia del choque, Nieto salió despedido, perdió el casco, se golpeó la cabeza y sufrió un traumatismo craneoencefálico que le produjo un coágulo. Trasladado a la Policlínica de Nuestra Señora del Rosario, se le provocó un coma inducido. Al tratar de sacarlo controladamente de él, su estado empeoró súbitamente y ya sin remedio.

En Ángel Nieto hay una biografía personal y otra nacional. La personal nos dice que nació en Zamora en 1947 y que contaba un año de edad cuando su familia se trasladó al populoso barrio madrileño de Vallecas. Un enclave urbano y un entorno sociológico asociados ya para siempre a la imagen, la ersonalidad y la aureola del hombre y el piloto.

Nos dice también que, recién salido de la infancia, ya andaba envenenado por los vapores litúrgicos de la gasolina y secuestrado por el hiriente carraspeo de los motores. Y que, a los 13 años, se fue a Barcelona, donde las motos disfrutaban de un ambiente -aficionados, fábricas, talleres...- más propicio. Allí encontró un clima afín. Un hábitat ruidoso, metal, caucho, grasa, cuero, octanos, decibelios, en el que alguien como él, un mocoso diminuto, entusiasta y temerario, que se fajaba en carreras de aficionados con críos de su edad y con otros ya no tan tiernos, tenía sitio y podía tener futuro.

Naturalmente, destacó. Y, tras algunos dimes y diretes, firmó, con Ducati, en 1965, un contrato profesional. Luego entró en Derbi, la marca con la que obtendría, en 1969, su primer título mundial en la categoría de 50 cc. Luego vendrían, con Kreidler, Bultaco, Minarelli y Garelli -¿dónde están o qué significan hoy esos nombres?-, 12 más: cinco en 50 cc, con «monstruos» en miniatura, juguetes a 120 km por hora, y siete en 125. Probó suerte en 250, pero la cilindrada de la máquina no se correspondía con la suya física y el intento no fue más allá.

Nieto era triscaidecafóbico. Eso quiere decir que padecía un irracional y desproporcionado miedo al número 13. Semejante superstición lo llevó a referirse a la cifra de sus títulos como 12 más uno. La gracia -lo era- hizo fortuna entre la prensa y la gente, y pasó, como frecuente expresión, al lenguaje cotidiano.

Nieto, un pionero en el deporte español
La importancia de Nieto en el deporte español no reside sólo en esa impresionante colección de títulos. Va más lejos, en una descripción e interpretación de la historia del país. El zamorano-vallecano forma parte de una reducida categoría de deportistas que llamamos «pioneros». Jóvenes surgidos poco menos que de la nada, en modalidades con poca o nula tradición; o, en el caso de Federico Martín Bahamontes, con una tradición sin éxitos del máximo nivel.

Son deportistas instintivos, revolucionarios, heterodoxos en su aislamiento. Casi excéntricos en su opción individual por la novedad, abren una senda por la que, sorprendidos o fascinados por su ejemplo, circulan generaciones posteriores. Los pioneros son héroes solitarios que fomentan vocaciones, crean escuela y, en definitiva, trascienden su propia figura, de cuya importancia no son conscientes en ese momento, para reproducirse en otros y ser en sí mismos un ejército. Su valor en el desarrollo del deporte español no tiene precio.

Bahamontes, Manolo Santana, Ángel Nieto, Severiano Ballesteros y Paquito Fernández Ochoa son considerados los pioneros por excelencia de nuestro deporte. Se dan en sus personas unos curiosos pero no casuales escalones generacionales e históricos que amplían horizontes progresivos. Bahamontes nació en 1928. Santana, en 1938. Nieto, en 1947. Fernández Ochoa, en 1950. Y Ballesteros, en 1957.